Este tipo de estafa se suele producir en lugares de tránsito (estaciones, cajeros, etc.). Una persona se acerca a la víctima y manifiesta tener un billete de lotería premiado, pero que con las prisas no puede cobrar. Le pide a la víctima desesperadamente que le dé la cantidad del premio e incluso menos, ya que debido al viaje que ha de hacer no lo puede cobrar. Para dar mayor credibilidad, aparece una segunda persona, aparentemente un transeúnte (el gancho), con un listado de billetes premiados en un diario. La víctima accede a dar la cantidad pactada y cuando va a cobrarlo resulta ser falso.
No es un timo que suela verse demasiado, pero no obstante, hay que tener extremo cuidado con estas estafas porque de primeras parecen ser muy fidedignas.