Estambul, como cualquier ciudad que recibe muchos turistas, ha desarrollado toda una la picaresca, en ocasiones de forma sorprendentemente ingeniosa. Además de las típicas estafas menores de cualquier lugar turístico (precios abusivos, taxistas que dan rodeos para estirar la carrera, etc…), en Estambul se han generalizado algunos timos que conviene tener en cuenta si está usted pensando en viajar a esta maravillosa ciudad.
Y antes de nada, para que no haya malos entendidos, los timos se dan en todas las ciudades grandes del mundo, desde Roma hasta Sidney pasando como es el caso por Estambul. Algunos son más relevantes en un sitio más que en otro, y por eso recopilamos varios, que igualmente se dan en todos los lugares. No se pretende ofender a los habitantes de Estambul, solamente prevenir y nada más.
Estos son los ejemplos más vistos y sufridos en Estambul:
El limpiabotas despistado
Esta estafa parece ser muy específica de esta ciudad, porque este tipo de personas abundan por doquier en Estambul. Normalmente se desarrolla así:
Vas caminando por las calles de Estambul y a un limpiabotas de repente se le cae accidentalmente el cepillo. Tú se lo recoges y en agradecimiento, te ofrece limpiarte los zapatos totalmente gratis. Pero cuando ha terminado resulta que ha habido una confusión, y te dice que debes pagarle el servicio, que además es carísimo. En ese momento se acerca un grupo de jóvenes que viene a ayudarle a que pagues tu deuda. Hay otras variantes de este timo, que se da mucho en mercados en los que se te ofrece algo de regalo como tabaco, caramelos o un tatuaje de Henna pero que luego te piden que lo pagues.
El cambiazo de billete
Cuando viajamos a países que utilizan una moneda distinta a la nuestra hay que andar siempre con mucho cuidado. En Estambul hay que prestar atención a los billetes de 50 liras (como el de la foto), que al cambio son algo más de 20 €.
El problema de estos billetes es que se parecen demasiado a los de 5 liras. Cuando vamos a pagar en alguna tienda o restaurante soltamos el de 50 y el estafador hábilmente y sin que nos demos cuenta lo cambia ante nuestras narices por uno de 5 y nos dice que le hemos equivocado, siempre con una sonrisa en la cara. Con ese método cientos de turistas son estafados cada día en la ciudad del Bósforo.
El falso turista
Existe con algunas variantes, pero este timo se desarrolla más o menos así: un joven que muchas veces no es ni turco, aborda a los turistas pidiéndoles permiso para usar su teléfono para hacer una llamada. Les cuenta que le han robado todo y que tiene que anular sus tarjetas bancarias. Si los turistas acceden, el falso turista les pedirá algo de dinero para poder regresar a su hotel, que, casualidad, no está en Estambul sino en otra ciudad, por lo que necesita cierta cantidad para el billete de autobús.
Otro clásico es el del tipo que se hace pasar por un turista al que le han robado todo y que, tirando de la buena voluntad del viajero que se pone en su lugar ante tan incómoda situación, consigue sacar algo de dinero para regresar a su hotel.
El falso guía
Lo mismo pasa con el que nos aborda a la salida del hotel y se ofrece a hacernos de guía y llevarnos de compras. Este sujeto se aprovecha de la inocencia y la confianza de los recién llegados para vendernos cualquier baratija a precio de oro.
Otra variante es la del conversador. Suele darse cerca de mezquitas o monumentos importantes. El individuo se acerca y con el pretexto de practicar el inglés (u otro idioma) o por querer darte información del sitio, nos explican la historia del lugar o ciertos detalles del mismo, como si fuera una conversación coloquial. Lo malo es que no es un final feliz, porque te pide una ayuda basada en necesidades alimenticias o de sanidad, y si no le das nada o lo que le das le parece poco, te montan una discusión de aquí te espero.
El recién llegado. PELIGRO!
Este es el timo más peligroso. Normalmente, los estafadores eligen como víctimas a varones que viajan en solitario. Un hombre les aborda en la calle (les pide la hora en turco, por ejemplo), y al responder en inglés, el hombre inicia una conversación:
“¿Extranjero? Nosotros tampoco somos de por aquí, venimos del interior…”
Si el turista reacciona positivamente (y hay mucho mochilero aburrido con ganas de charlar), el que hace de percha le invitará a tomar algo en «algún sitio». El lugar resultará ser un burdel, donde, mediante artimañas, los recién llegados acabarán pagando las copas a un par de señoritas. Cuando llega la cuenta, ¡sorpresa!, las bebidas de las chicas cuestan 200 euros o más. Aunque el total se divida entre dos, la parte que debe pagar el turista seguirá siendo desorbitada, y si no tiene dinero para abonarla, dos gorilas del local le acompañarán amablemente a un cajero automático. Si es usted víctima de esta estafa, merece la pena pasarse por la policía turística a denunciarlo, porque muchos viajeros engañados han recuperado una gran parte del importe.
Antigüedades
No se deben comprar las monedas y otros objetos antiguos que ofrecen vendedores en sitios históricos, pues se está incurriendo en un delito que puede llegar a castigarse con la cárcel.
Lo normal es que sean réplicas que las han envejecido, pero, si son auténticos, que no es lo habitual, es probable que los vendedores lo comuniquen al servicio de seguridad local.
El timo de los perfumes
En realidad no es un timo, sino un mal negocio al intentar comprar algo caro mucho más barato que lo que cuesta el original. Le llamamos timo porque en el Gran Bazar te ofertarán un frasco de una colonia cara a unos 30 Euros por algo que original cuesta 80 Euros. Parece una buena compra si no sabes que en los alrededores del Bazar de las Especies, cualquier día sobre las 7 de la tarde se te acercarán personas ofreciendo perfumes en una bolsa y podrás comprar 6 ó 7 frascos iguales por 30 euros.
Para terminar: un consejo aplicable para todos el mundo. Por regla general, no digas nunca que es tu primera vez en visitar Estambul o que acabas de llegar. Si así lo haces, te convertirás en objetivo de vendedor ya que como acabas de llegar no tienes idea de los precios, ellos lo saben de sobra, y no te desharás de ellos hasta que compres al precio que ellos le interese.
Siempre has de decir que es la segunda vez que visitas Estambul y que ya lleváis allí cuatro o cinco días. Ante esto, ellos se imaginan que estáis al tanto de los precios y os tantearán indicando precios ligeramente más bajos.
Como último consejo: Tened cuidado con la gente que parezca muy amable y que se te acerque en la calle para ofrecerte servicios que no quieres ni las necesitas, porque ahí empezarán los quebraderos de cabeza, intentando vendernos todo el oro del mundo.